19.1.09

El sonido de los pájaros la despertó. Su dulce mirada se entristeció al ver que él ya no estaba a su lado, ella sabía que no iba a volver.

Se levantó de la cama, cansada, sin ganas y dirigió sus ojos color miel a una fotografía que se encontraba en el aparador: ahí lo tenía, su pelo, sus manos, su cuerpo...

Él no pensaba regresar, ya no la amaba. Pero ella cada mañana se despertaba pensando en él y miraba su foto y podía sentir que su pelo, sus manos y su cuerpo, se encontraban junto a ella, para siempre.

No hay comentarios.: