15.1.09

rockley

Y ahí se encontraba él, parecía estar sumamente cómodo, como si posara para una foto de esas que salen en las revistas de moda. Sus ojos descansados, cerrados. La expresión de su rostro indicaba que, a pesar de su verdadero estado, dormía profundamente. Perfecto.
Pero, ¿no será sino, la muerte, un sueño como cualquier otro, en el cual podemos llegar a apreciar cada segundo de vida que tuvimos, despacito, casi en camara lenta?
Luego de esa reflexión, ella tomo el arma y sin el menor temblor en sus manos hermosas como las flores en primavera, disparó justo en medio de una de sus sienes.
Al fin y al cabo, la muerte era sólo un sueño.

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